La tormenta de ideas.

Abusando del concepto y sin resultados eficientes.

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La tormenta de ideas.

¿Qué es el “brainstorming”? Para algunos es un montón de juntas de trabajo en donde las ideas son el principal invitado y el objetivo es encontrar alternativas, soluciones o conceptos generalmente para resolver alguna duda, problema o reto dentro de las empresas.

Mucha gente se confunde y no sabe que el verdadero “brainstorming” o “lluvia de ideas” es una técnica, un proceso, un método, que fue popularizado en los años cuarenta por el publicista norteamericano Alex Osborn de la agencia de marketing BBDO. El proceso se hizo famoso y fue adoptado por muchísimas empresas convirtiéndose en algo muy común aunque con algunos incrédulos o no tan fanáticos de este proceso. Yo soy uno de ellos.

Para nada me opongo al “brainstorming”, simplemente creo que se aplica mal. Pero a mi no me creas, solo es cuestión de reflexionar sobre lo que comenta Gerard Puccio, profesor y presidente del Centro Internacional de estudios sobre la Creatividad de Buffalo State University:

“Se ha demostrado repetidamente que los grupos que intercambian ideas mientras interactúan cara a cara (F2F) generan menos ideas que los grupos nominales (NGT) provocando que algunos investigadores sugieren que no hay justificación para que los grupos hagan una lluvia de ideas en grupo como generalmente se hacen.”

La clave: el moderador. 


En la mayoría de las pruebas que se han hecho, todo indica que la moderación hace la diferencia y es por eso que no forzosamente las sesiones eternas de trabajo son las ideales para llevar a cabo el proceso.

Te comparto tres datos interesantes sobre el “brainstorming”.

1.- Sólo en Estados Unidos, se llevan a cabo todos los días 11 millones de juntas de trabajo. 50 de ellas se consideran poco o nada productivas.

2.- Osborn recomienda entre 10 y 15 personas para una buena lluvia de ideas, esto en sesiones de 1 hora con tiempo para distracción e introspección individual.

3.- El proceso de un “brainstorming” de verdad consta de 6 etapas: Tener clara la visión general de lo que se busca, reunir información, fijar retos, explorar ideas, proponer soluciones y elaborar un plan de trabajo.


La lluvia de ideas es una forma de resolver retos de forma divergente, esto significa que se exploran varias posibilidades para responder a una pregunta y el pensamiento convergente se hace con conceptos sólidos, claros y lógicos. Los expertos dicen que ambos métodos deben coexistir en el “brainstorming”, es decir, ni tantas ideas locas ni tanto freno. Es algo así como manejar un carro: ni tanto acelerador, ni tantos altos y semáforos. Un poco de ambos para llegar con vida a tu destino.

¿Entonces dónde está problema y por qué soy incrédulo? Porque considero que las empresas han abusado del concepto al punto de su prostitución masiva. Algo así como los “coaches de vida” charlatanes vs. los psicólogos experimentados que cuentan con herramientas serias y métodos precisos para cada caso.

Ahí está, se tenía que decir y se dijo. La próxima ocasión que te inviten a una “lluvia de ideas” sabrás si se trata de una junta de trabajo con posibles resultados eficientes o una de esas 11 millones de reuniones al día tiradas a la basura.

Nota realizada por Ariosto Manrique Moreno, para periódico EL IMPARCIAL

 

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El autor es Director de Testa Marketing, investigación de mercados.

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